Cinco razones para acudir a un coworking: aprendizaje
La comunicación... humana. Coworking codo con codo
La revolución que estamos experimentando gracias a las nuevas tecnologías supone no sólo una nueva forma de relacionarnos con nuestro entorno físico, sino, sobre todo, un nuevo modo de relacionarnos con nuestro medio social.
Esto tiene sus ventajas y sus inconvenientes. No faltan los detractores de esta era en la que la mediatización conduce, si se abusa, al resultado opuesto del esperado, es decir, a la despersonalización y a la incomunicación.
No nos vamos a ocupar en este blog de disquisiciones filosóficas sobre este asunto. Nos basta de momento poner de relevancia cómo los nuevos medios tecnológicos potencian el valor instrumental de la comunicación en el ámbito de la creación de valor y la productividad.
Sin duda alguna hay que calificar de conquista de nuestra época la posibilidad de idear, trabajar y desarrollar proyectos liberados por completo del condicionante espacial o geográfico. Las comunicación por medios electrónicos, el uso de plataformas virtuales, etc. pueden emanciparnos del sitio físico donde estamos o residimos, y conectarnos con cualquiera. La ubicuidad en el espacio y la inmediatez no es, paradójicamente, una ilusión para quienes trabajan en el entramado de medios tecnológicos que es el entorno digital.
Sin embargo, en este mundo existe el riesgo de una posible carencia de la dimensión principal de la comunicación, que es, precisamente, comunicar, hacer partícipe del sentido y la finalidad de lo que se trae entre manos. De ahí proyectos de centros de coworking como el nuestro, Coolworking.
Comunicar es participar de lo que se tiene, es descubrir y manifestar, es conversar, según la RAE. Y aunque todo esto hoy pueda hacerse por internet, qué duda cabe que cada vez más gente siente hoy la necesidad de acudir a entornos colaborativos como los centros de coworking donde sustanciar los proyectos y potenciar el talento gracias al contacto directo y cara a cara.
Acudir a un coworking puede ser sólo una forma de relacionarse socialmente, de superar el aislamiento que a veces imponen las nuevas formas de trabajo y los nuevos modelos de emprendimiento. Pero más que esto puede ser sobre todo una forma de aprendizaje, de adquirir nuevos horizontes y encontrar no sólo soluciones a los problemas que nos encontramos en nuestro día a día profesional, sino encontrar nuevos enfoques, nuevos desafíos con los que nuestro proyecto profesional puede adquirir unas dimensiones inesperadas.
Coolworking nace con esa predisposición: no sólo ser un sitio donde compartir experiencias y disfrutar del trato de los demás, sino ser también una verdadera escuela donde se ponga en valor todo el conocimiento de nuestros colaboradores.
Acércate a nuestro espacio de coworking. Ya sabes, sharing ideas.